jueves, 15 de junio de 2017

MODELOS DE NEGOCIO BANCARIO EN UE SEGUN EL BCE

La actual coyuntura de la política monetaria y mercados, los niveles de activos improductivos, la pérdida de valor de activos, las exigencias regulatorias de capital y de absorción total de perdidas, y la incrementada aversión al riesgo  está ejerciendo una presión muy relevante sobre las cuentas de resultados a los modelos de negocio de los bancos tradicionales europeos.

Esta presión, en muchos casos ya convertida en pérdidas, ha alcanzado niveles de riesgo para la estabilidad financiera de la Unión y ha despertado la atención de las autoridades de supervisión bancaria del BCE, por lo que supone una merma de capacidad para generar colchones de capital de forma orgánica. 

El Consejo de Supervisión Bancaria del MUS  reconoce que los ingresos por intereses representan más de la mitad de sus ingresos totales de los bancos y por tanto los bajos tipos de interés suponen uno de los mayores riesgos para las entidades. Entre sus prioridades de vigilancia detallada para el 2017 y sucesivos, el MUS, ha colocado junto con la gestión de riesgos y el riesgo de crédito,  el análisis de los modelos de negocio de los bancos. Instrumentando esta prioridad el MUS inició en 2016, una revisión temática para evaluar exhaustivamente los modelos de negocio y los determinantes de la rentabilidad de las entidades más significativas.

En el concepto general  del modelo de negocio,  los bancos maximizan los beneficios por el diferencial de los tipos de intereses entre las tasas de préstamo y de depósito que se cobran y pagan a prestatarios  y ahorradores, respectivamente.  En realidad, sin embargo, la fuente de ingresos de los bancos  se diversifican más, incluidas las comisiones cobradas por la prestación de servicios y los rendimientos de inversiones y coberturas  en mercados de capitales y derivados.  Además, las contrapartes de estas transacciones son variadas como consumidores, pymes, grandes sociedades no financieras, otros bancos, bancos centrales, etc. Dada la amplitud de las actividades bancarias y la necesidad de los bancos para desarrollar conocimientos y capacidades para participar en cada una de ellas, los bancos adoptan y siguen diferentes modelos de negocio caracterizados por la selección y el grado de participación  en diversas actividades.

La evaluación y análisis de los modelos de negocio es uno de los cuatro pilares fundamentales de la metodología SREP de supervisión del MUS apoyado en el seguimiento continuo de los indicadores clave de rentabilidad y riesgos y que soporta la evaluación global de las entidades y las recomendaciones y actuaciones en las exigencias de capital del Pilar II.

La evaluación y análisis del modelo de negocio y actividades del entidad (“Business Model Analysis”, BMA por sus siglas en inglés) en SREP, busca emitir una valoración puntuada en una escala de cuatro niveles,  de 1 (para el mejor)  a 4,  basándose en un juicio experto del supervisor  sobre  los cinco aspectos del modelo de negocio de la entidad siguientes:

  1. Capacidad comparada (históricamente y con entidades pares del sector) de generar ingresos, versus el plan de apetito de riesgos y el plan de financiación.
  2. Concentración de activos o concentración de fuentes de ingresos.
  3. Posición competitiva actual en los mercados elegidos y claves y capacidad de mejorarla en un futuro con los planes estratégicos de la entidad.
  4. Calidad de los escenarios económicos  del entorno de negocio en los que se apoyan  los pronósticos financieros de la entidad.
  5. Calidad de los planes estratégicos sobre el  negocio actual versus la capacidad de ejecución demostrada de la entidad.

La ejecución del análisis del modelo de negocio que permitirá al supervisor emitir sus juicios y valoraciones sobre este, se enfoca en obtener un entendimiento detallado de la viabilidad, sostenibilidad y vulnerabilidades claves del negocio y planes estratégicos.

La viabilidad debe entenderse como capacidad de generar rendimientos aceptables en plazo de 12 meses, mientras la sostenibilidad se entiende como capacidad de generar rendimientos aceptables en un plazo de hasta tres años.

Las vulnerabilidades claves se entienden como las que más probablemente pueden con materialidad impactar en la entidad hacia su futura inviabilidad de negocio (“business failure”).


Un resultado relevante en el  progreso de la revisión temática del BCE de los modelos de negocio, es la identificación y caracterización, siguiendo indicadores de riesgo y rentabilidad,  de los modelos más adoptados por las entidades significativas con supervisión directa del MUS (las principales por tamaño en la UE). Estos son cuatro: bancos de financiación mayorista, bancos comerciales tradicionales, bancos comerciales complejos, bancos tenedores de títulos. Además se identifica un grupo reducido de bancos fuera de estos grupos y con modelos únicos no caracterizados.

Los bancos de financiación mayorista se caracterizan por disponer principalmente de préstamos entre los activos de su balance y por depender principalmente de deuda colocada en mercados mayoristas frente a depósitos de clientes en el lado del pasivo de su balance. Hacen un amplio uso de derivados fuera de balance tanto para coberturas como para creación de mercado.

Los bancos tenedores de títulos se caracterizan por disponer principalmente de títulos de deuda y posiciones de liquidez entre sus activos y una financiación basada principalmente en depósitos de clientes. Sus posiciones de derivados son muy reducidas.

Los bancos comerciales tradicionales cuentan en sus balances principalmente con préstamos y depósitos tradicionales, y su actividad con derivados fuera de balance se limita a las necesarias coberturas de crédito y tipos de interés.

Por último los bancos comerciales complejos entre sus activos cuenta con un mix (de varios tipos y atendiendo a diferentes estrategias en cada banco) de préstamos y títulos de deuda, y se financian principalmente con depósitos de clientes, y mantienen posiciones fuera de balance de derivados de cobertura y también posiciones importantes como creadores de mercado.

De los cuatro modelos y en lo que se refiere a tamaños de balance, los bancos de financiación mayorista se caracterizan como los de mayor tamaño, mientras que los bancos tenedores de títulos los de menor tamaño. Los dos tipos de bancos comerciales tienen en media, tamaños de balance medianos.

En términos de solvencia medida como niveles de recursos propios en balance, los más capitalizados son los bancos tenedores de títulos, dados sus mayores riesgos de mercado y operacionales y la relativa calidad crediticia de sus activos. A estos le siguen los bancos comerciales y por último los bancos con financiación mayorista. Las composiciones de los tipos  riesgos en sus niveles de activos ponderados son parecidos en todos los modelos (87-89% riesgo crédito; 9-11% riesgo operacional; 2-1% riesgos de mercado). Los modelos de banco más centrados en préstamos entre sus activos, cuentan con mayores niveles de riesgo de crédito y también con mayores niveles de provisiones.

Los bancos de financiación mayorista y lo tenedores de títulos que no siguen la definición de básica del negocio de intermediación de depósitos y préstamos, son los que cuentan con mayores ratios de rentabilidad frente a sus riesgos; Y mientras los bancos de financiación mayorista destacan por sus altos niveles de rentabilidad sobre capital (ROE) debido sus niveles de capital más reducidos, los tenedores de títulos destacan por la rentabilidad sobre sus activos (ROA).

En cuanto a la eficiencia en costes el BCE no observa una clara diferenciación por los modelos de negocio, habiendo diferencias en algunos casos significativas entre bancos individuales con el origen en sus controles y gestión interna.


La valoración general que hace el MUS en este momento de la revisión temática del estado de los bancos, en cuanto a la viabilidad y sostenibilidad de los modelos de negocio,  se resume en la siguiente declaración de su Vice Presidenta: 

“Es cierto, por supuesto, que muchos bancos europeos han avanzado mucho. Han aumentado considerablemente sus reservas de capital y liquidez, se han deshecho de muchos activos malos, han reorientado sus negocios y han optimizado sus actividades transfronterizas. ¡Hasta aquí todo bien!     Pero a pesar de que los bancos han comenzado a hacer su tarea, todavía no han terminado. Hay algunos bancos que todavía tienen una larga lista de tareas pendientes. Y algunos bancos incluso tienen que mejorar el contenido de su lista. De nuevo, los bancos de la zona del euro pintan un panorama muy heterogéneo.      La buena noticia es que hay alrededor de dos docenas de bancos más grandes que han navegado con éxito las aguas agitadas. Estos bancos vienen de muchos países diferentes y tienen diferentes modelos de negocio. Lo que los distingue es que generan más ingresos que sus pares. Muchos de ellos se superan en términos de ingresos por intereses, pero otros factores también desempeñan un papel relevante”